viernes, 19 de noviembre de 2010

Las bebidas energéticas podrían fomentar el consumo de alcohol entre estudiantes universitarios

Una investigación reciente sugiere que los estudiantes universitarios que consumen de forma habitual bebidas energéticas con alto contenido de cafeína tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar dependencia al alcohol.

"Encontramos que aquellos que consumían semanalmente bebidas energéticas eran más propensos a cumplir con los criterios de la dependencia alcohólica", dijo la autora principal Amelia M. Arria, directora del Centro para el Desarrollo y la Salud de Jóvenes Adultos del departamento de ciencias de la familia de la Facultad de salud pública de la Universidad de Maryland.

Esto significa que es más probable que los aficionados a las bebidas energéticas sean "incapaces de dejar de beber alcohol, a pesar de experimentar continuamente un cúmulo de consecuencias negativas como resultado de consumirlo en exceso", explicó.

Algunos estudiantes consumen estas bebidas energéticas no reguladas para mantenerse despiertos y estudiar. Otros las mezclan con alcohol, lo que puede causar un estado de deterioro descrito como "borracho despierto".

Para el estudio, que aparece en línea antes de la edición impresa de febrero de Alcoholism: Clinical & Experimental Research, Arria y colegas analizaron los datos recopilados por una encuesta de cerca de 1,100 estudiantes de último año de una universidad pública estadounidense de gran tamaño.

Los investigadores no se centraron en las bebidas de cafeína que contenían alcohol como Four Loko, que algunos estados de EE. UU. han prohibido debido al aumento de las hospitalizaciones por intoxicación alcohólica.

Sino que examinaron la posible relación entre el consumo habitual de bebidas energéticas sin alcohol que contienen altas cantidades de cafeína (de 50 a 500 miligramos por lata) así como los patrones de consumo de bebidas alcohólicas.

Los autores preguntaron a los participantes por sus hábitos de consumo de bebidas durante los 12 meses anteriores, y encontraron que alrededor del 10 por ciento había tomado bebidas energéticas, como Red Bull, en más de 52 días. Estos estudiantes fueron clasificados como bebedores "de alta frecuencia".

Estos consumidores de alta frecuencia de bebidas energéticas habían bebido alcohol más a menudo en el año anterior que los bebedores de baja frecuencia (que consumen bebidas energéticas entre uno y 51 días al año). El grupo de alta frecuencia registró 142 días de consumo de alcohol, frente a 103 días para el grupo de baja frecuencia.

En comparación con el grupo de baja frecuencia, los que tomaban bebidas energéticas con alta frecuencia se emborrachaban a una edad más temprana y consumían más alcohol por sesión, más de seis bebidas al día, en comparación con menos de cinco bebidas al día.

Tras tomar en cuenta posibles factores contribuyentes, tales como antecedentes familiares de consumo de alcohol y drogas, participación en una hermandad o fraternidad, conductas de riesgo, depresión y problemas de conducta en la infancia, los autores del estudio determinaron que consumir bebidas energéticas de forma semanal o diaria se "relacionó fuertemente" con la dependencia del alcohol.

Aunque el estudio encontró una relación entre las bebidas energéticas y el consumo de alcohol, no demuestra que exista una relación de causa y efecto.

"Creemos que cuando se toman bebidas energéticas se va más allá del punto de intoxicación de consumo de alcohol y bebidas porque se está despierto durante más tiempo, lo que conduce a malas consecuencias", señaló Arria.

Otra posibilidad: "Las personas con dependencia alcohólica recurren a las bebidas energéticas para superar la resaca", señaló. "Puede ser así de simple. Pero necesitamos realizar más investigaciones para averiguarlo".

Por ahora, se necesitan esfuerzos de educación pública y regulaciones, agregó.

El Dr. Richard Zane, vicepresidente de medicina de emergencia del Hospital Brigham and Women's de Boston, dijo que los resultados del estudio no le sorprenden.

"En primer lugar, la única cosa que es importante saber acerca de estas bebidas energéticas es que se trata de sustancias", apuntó. "El hecho de que estén disponibles en el '7-11', en un supermercado o de venta libre en algún lugar no significa que no sean una sustancia. Y son susceptibles al abuso, como cualquier otra sustancia".

"Además, es importante saber que la mayoría de las personas que abusan de una sustancia, también lo hacen de otras", agregó Zane, que también es profesor asociado del departamento de medicina de emergencia de la Facultad de medicina de Harvard.

"Así que cuando se tienen bebidas con un efecto fisiológico que pueden hacer que la gente las use como las anfetaminas o la cocaína, no sorprende que las mezclen con alcohol", señaló. "Lo cual, por supuesto, es algo que la gente ha hecho desde hace tiempo. Igual que utilizan la cafeína como remedio para la resaca desde hace tiempo".

Fuente: http://www.midieta.com/wirefeed.aspx?id=646099

Grupo 18

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