sábado, 18 de septiembre de 2010

El índice de peso no cuenta toda la verdad

Sí, porque el IMC no hace diferencias entre el tejido magro y el adiposo.

Una pregunta frecuente entre personas de cierta edad, incluida su segura servidora, es: "¿Por qué, cuando peso lo mismo o menos que cuando era más joven, mi cintura sigue creciendo?". Expresado de otra forma, la pregunta podría ser, "¿Por qué, cuando mi índice de masa corporal no ha cambiado, estoy más gordo de lo que solía?".

La respuesta simple es que ese índice, normalmente conocido con las siglas IMC, es una medida burda de la gordura en individuos. Calculado mediante la división del peso del individuo en kilogramos multiplicado por la estatura de la persona en metros al cuadrado, no indica diferencias entre tejido adiposo y magro.

"Las tablas del IMC son excelentes para identificar obesidad y grasa corporal en grandes poblaciones, pero son mucho menos confiables para determinar gordura en individuos", explicó el Dr. Carl Lavie, cardiólogo en el Instituto Ochsner del Corazón y Vascular, en Nueva Orleáns.

Tejido adiposo, tejido magro

La grasa ocupa aproximadamente cuatro veces el espacio del tejido muscular, por ejemplo, así que es bastante posible sentirse y verse más gordo incluso si su estatura y peso permanecen iguales. Esto es particularmente común entre mujeres mayores de 50 años y hombres mayores de 60 años, y los resultados probablemente se presenten aproximadamente en la sección media.

Para los niños y los ancianos, los valores de masa corporal pueden ser particularmente engañosos debido a la relación de masa corporal magra con cambios en la estatura a medida que crecen y envejecen, respectivamente.

Las tablas de IMC aparecen por doquier, en publicaciones populares, en instalaciones deportivas y en consultorios médicos. Estas tablas son usadas ampliamente por los médicos para determinar si sus pacientes están por debajo del peso recomendado, en los límites normales o si son obesos. De aquí que una masa corporal menor a 18.5 se considere por debajo del peso normal; de 18.5 a 24.9 se considera que el peso es saludable; 25 a 29.9 es sobrepeso; 30 a 39.9 es obesidad; y 40 ó más es obesidad mórbida.

Si usted cae en el rango de "peso saludable" o "por debajo del peso", se puede confiar y terminar con un falso sentido de seguridad. Sin embargo, la delgadez no es necesariamente saludable (recuerden al debilucho de 42 kilogramos de los anuncios de antaño de Charles Atlas). Un bajo IMC podría ser indicativo de malnutrición, anorexia, cáncer o una enfermedad debilitante.

Por otra parte, si usted es atleta o fisicoculturista, su índice de masa corporal podría ponerlo por error en el rango de excedido de peso u obeso. El grado o nivel de grasa corporal es una mejor forma de clasificar a los individuos que la masa corporal. Tanto la Organización Mundial de la Salud como los centros del Instituto Nacional de Salud (de EU) definen la obesidad como más de 25% de grasa corporal en hombres y más de 35% de grasa corporal en mujeres.

Así que "una mujer que mide 1.65 metros y pesa de 52 a 55 kg podría ser bastante gorda", me dijo Lavie, "aun cuando su peso e IMC al parecer estén en orden". Entre los estadounidenses en general, dijo, "un hombre de 1.83 metros y 110 kg será obeso, pero si fuera un defensivo de la NFL de 1.90 y 123 kilogramos, podría ser puro músculo, con apenas 2% de grasa corporal".

La paradoja de la obesidad

Por supuesto, la mayoría de los estadounidenses con un índice de masa corporal en el rango de sobrepeso u obesidad tiene demasiada grasa en relación con el músculo. Además, un estudio que siguió a 527,265 hombres y mujeres estadounidenses entre los 50 y 71 años de edad, entre 1996 y 1996, encontró que quienes estaban clasificados como excedido de peso con base en una lectura de masa corporal de 25 a 29.9 tenían probabilidades 20 a 40% mayores de morir en los 10 años siguientes, y quienes eran considerados obesos, con 30 puntos, o más, tenían de dos a tres veces más probabilidades de morir en el plazo de 10 años que las personas con niveles más bajos en la edad madura.

En un editorial publicado en el ejemplar de julio de los procedimientos de la Clínica Mayo, Lavie y otros colegas hablaron sobre lo que ha sido clasificado como la "paradoja de la obesidad" entre pacientes con enfermedad cardiaca. La paradoja se refiere al hallazgo frecuente en que si bien las personas con sobrepeso son más propensas a sufrir males cardiacos, los pacientes con falla cardiaca presentan tasas de mortandad más bajas si son obesos.

La razón de esta paradoja difícilmente es clara, aunque Lavie sugirió que una explicación podría ser que una vez que la gente enferma, tener una mayor “reserva” corporal podría convertirse en una ventaja para ellos. El editorial se preparó en respuesta a un informe publicado en la misma revista por Antigone Oreopoulos de la Universidad de Alberta y sus colegas.

Los autores compararon el IMC de 140 pacientes con falla cardiaca con una medida más precisa, aunque más rebuscada, de masa corporal grasa y magra usando un escáner DEXA (siglas que en inglés equivalen a absorciómetro de rayos X de energía dual). Ellos encontraron que el solo valor de IMC clasificaba erróneamente el grado de grasas corporal en 41% de los pacientes.

Su conclusión: Tener más tejido magro y menos tejido adiposo pudiera predecir con mayor exactitud las probabilidades de supervivencia de un paciente. De aquí que entre pacientes con enfermedad cardiaca, estos autores asentaron: "el índice de masa corporal pudiera no ser un buen indicador de adiposidad".

Lavie y sus coautores escribieron: "SI bien el IMC es el método más común para definir el sobrepeso y la obesidad tanto en estudios epidemiológicos como en importantes estudios clínicos, es claro que este método no refleja necesariamente verdadera gordura corporal, en tanto el IMC y la gordura corporal pudieran diferir considerablemente entre personas de diferente edad, raza y sexo".

Lo que se debe medir

Una evaluación de gordura más confiable, pero aún relativamente simple, se apoyaría en un puntaje de pliegues de la piel fundamentado en mediciones tomadas con un calibrador en varias áreas (en hombres, en el muslo, el centro del pecho y el abdomen, y en las mujeres, en el muslo, tríceps y el área arriba del hueso de la cadera), lo cual refleja la cantidad de grasa debajo de la piel.

O, como la grasa abdominal es más peligrosa, sencillamente tome una medición con la cinta métrica alrededor de la porción más ancha del abdomen y otra en las caderas y calcule el radio entre cintura y cadera. Para los varones no debe ser mayor de 0.90, y para las mujeres no más de 0.83.

Un abdomen de gran tamaño es sintomático de un exceso de grasa visceral activa en términos metabólicos, lo cual incrementa el riesgo de paros cardiacos y muerte prematura. Si sólo se aplican las mediciones de la cintura, dijo Lavie, la cintura de un hombre debería medir menos de 40 pulgadas 1.01 m., y en las mujeres menos de 35 pulgadas ó 88.9 centímetros.

El ejercicio es la mejor forma de reducir al mínimo el aumento de grasa relacionado con la edad, dijo el médico. El ejercicio aeróbico, si bien es importante a cualquier edad, no basta. También se debe hacer entrenamiento con peso para formar y mantener los músculos. Y debido a que la producción de testosterona del cuerpo, la hormona que favorece la formación de músculo, disminuye con la edad tanto en hombres como en mujeres, quizá tenga que aumentar la cantidad de ejercicios para adquirir fuerza a medida que envejece tan sólo para mantenerse en forma.

Fuente: http://www.emol.com/tendenciasymujer/Noticias/2010/09/02/20025/El-indice-de-peso-no-cuenta-toda-la-verdad.aspx

Grupo 3

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