jueves, 23 de septiembre de 2010

Efectos "antigrasa" de comidas en familia varían según la etnia

Comer en familia ayuda a prevenir la obesidad en los niños blancos, pero no en los afroamericanos, y hasta podría elevar el riesgo en los chicos hispanos, según una investigación estadounidense.

El nuevo estudio sobre casi 17.000 niños de Estados Unidos no se ocupó de qué o cuánto comían.

"Ese es un tema para futuros estudios sobre qué ocurre en la mesa del hogar", dijo Brandi Y. Rollins, de la Pennsylvania State University, que participó en el estudio publicado en Journal of the American Dietetic Association.

Hasta ahora, dijo Rollins, existe un sólo estudio sobre cómo la comida en familia influye en el riesgo de que los niños engorden. La experta agregó que existen evidencias de que la comida en familia beneficiaría más a los adolescentes blancos que a los hispanos o los afroamericanos.

El equipo de Rollins analizó datos de la encuesta National Survey of Children's Health realizada en el 2003 con 16.770 niños y niñas de entre 6 y 11 años. El 72 por ciento era blanco no hispano.

El 43 por ciento de los niños blancos tenía sobrepeso u obesidad, comparado con el 60 por ciento de los hispanos y el 63 por ciento de los negros no hispanos.

Los niños blancos y negros compartían unas cinco comidas semanales con la familia, mientras que los hispanos lo hacían unas seis veces por semana.

Los chicos blancos no hispanos que comían en familia todos los días eran un tercio menos propensos a ser obesos que los niños blancos que se sentaban a la mesa en el hogar dos veces por semana o menos.

Pero no hubo relación entre la frecuencia de las comidas en familia y el sobrepeso o la obesidad en las niñas negras.

El riesgo de tener sobrepeso u obesidad en los varones negros disminuyó "marginalmente" a medida que aumentaba la cantidad de comidas en familia por semana.

Pero en los varones hispanos que vivían con uno solo de sus padres o en hogares con bajo nivel educativo (el nivel más alto alcanzado era el secundario o algunos años de escuela), compartir más comidas en familia elevaba el riesgo de tener sobrepeso u obesidad.

No hubo relación entre la frecuencia de las comidas familiares y el exceso de peso en las niñas hispanas que vivían con uno de sus padres o en hogares con bajo nivel educativo, ni en las niñas o varones de origen hispano que convivían con ambos padres o vivían en hogares con mayor nivel educativo.

"Es posible que los padres de esas poblaciones étnicas tengan distintas prácticas alimentarias con los hijos varones y mujeres; estudios previos habían demostrado que eso ocurría en otras etnias", escribió el equipo.

Otro estudio había hallado que las familias hispanas eran más propensas que las de otras etnias a comprar comida rápida para la mesa familiar. "Esas comidas no son las más saludables", dijo Rollins.

Otra explicación, agregó la autora, podría ser que dado que los niños negros e hispanos tienen más riesgo de engordar que los niños blancos, no sería suficiente con alentarlos a comer en familia más a menudo.

Fuente: Journal of the American Dietetic Association, septiembre del 2010

Grupo 19

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